lunes, 23 de julio de 2012

De como enjaular a una sumisa y otros menesteres

Todos habremos notado que cuando al tesoro de nuestra sumision le decimos algo como... "Hoy te voy a meter en una jaula" Salta al instante esa mirada de obediencia y regocijo con los ojos clavados al suelo, esa voz interior que casi puedes oír en tu sumisa diciendo.... "¡¡¡Siii como molaaaa!!!" Pero la maldad tiene muchos recursos, y el placer se torno en chillidos de pavor cuando la puerta de la jaula se cerro tras ella. ¿Como lo conseguí? Es fácil, la jaula, era de una noria.
La segunda mas alta de Europa según dijeron, impresionante sin duda. Impagable el momento de terror y la mirada de suplica de tu sumisa cuando el movimiento comienza a ser rápido, y las entrañas se te acomodan en torno a la columna vertebral, asustadas por el baiben. Un par de vueltas de regocijo fueron mas que suficientes y el autentico castigo, seria que no disfrutase del espectáculo. Así que la cogí con firmeza, y la obligue con palabras rígidas aunque dulcificadas por el orgullo a que se girase y viese esto...


Dos sonrisas fueron floreciendo en su rostro y en el mio. Al fin y al cabo... el mundo visto a través de una jaula. Tampoco esta nada mal.
Sed buenos.
O no...

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